abr. 1, 2022

A pesar de todos los esfuerzos que desde hace años se invierten para acabar con la desigualdad de género, aún queda mucho camino por recorrer. Prueba de ello son los múltiples aspectos de la sociedad herederos de tantas décadas de discriminación, como los trabajos considerados exclusivamente para hombres o mujeres. Esta es la situación en la que se encuentra Ramona Nicolae, moza de almacén de Tunstall, quien lleva siete años rodeada de compañeros hombres en sus tareas de gestión del almacén, realización de inventarios y creación de flujos de información con los responsables de las distintas delegaciones territoriales de la compañía, entre otras.

Pero esto no ha supuesto ningún problema para Ramona, ni por el trato recibido por sus compañeros y superiores ni por sus aspiraciones. “Me he sentido apoyada por ellos en todo momento. Siempre me han ofrecido la libertad de actuar como yo he creído oportuno. De esta manera me han ayudado a integrarme en el grupo con bastante rapidez”, explica.

Ramona reconoce que, si bien nunca se ha obsesionado con el hecho de ser la única mujer en su lugar de trabajo, esto sí que la ha motivado un poco en su día a día. Y lanza el mismo consejo para todas esas mujeres que se encuentren en entornos laborales similares: “No les tiene que importar estar rodeadas de hombres, que sigan adelante con su trabajo (y más si se sienten a gusto con lo que hacen), que no teman dar su opinión y que tomen las decisiones sobre el trabajo que realizan”.

De hecho, esto es lo que pasó con una compañera que se incorporó un tiempo después: “Ella también siempre es animada [por parte de los compañeros] a que dé su opinión y se implique de manera libre en los trabajos que efectuamos”.

Con esta actitud, Ramona ejemplifica a la perfección lo que debería ser la igualdad de género, no dudando tampoco en aspirar a más en un futuro próximo. “Después de tantos años en la empresa, intento igualmente dar lo mejor de mí e implicarme en nuevos proyectos”, cuenta, añadiendo que no nota ningún “techo” por parte de la empresa ni de sus compañeros por el hecho de ser mujer.

Pero más allá de las cuatro paredes donde trabaja, Ramona Nicolae es consciente de todas las situaciones de discriminación que existen, aunque se muestra esperanzada con el futuro que está por venir. “Yo soy de otro país, he crecido en otra cultura, con otros principios y mentalidades… pero lo que se trata de hacer hoy en día, tanto en las escuelas como en todos los medios, me parece positivo y creo que demuestra que la sociedad va por buen camino”, reivindica.

Y en este futuro, que también pasa por compatibilizar el desarrollo de la sociedad con la supervivencia del planeta, Ramona tiene claro cuáles son los puntos fuertes de las mujeres en la lucha contra el cambio climático: “Las mujeres están más implicadas en los roles y las tareas que implican los cambios que estamos viviendo con relación al medio ambiente, como las tareas domésticas, los campos de plantación, la búsqueda de recursos o la preparación de la comida”.