jun. 2, 2022

¿Producir, usar y tirar? No. Reducir, reutilizar y reciclar.  Esto es, pasar de un sistema económico lineal (el actual) a un sistema de economía circular.

¿Pero qué es la Economía Circular? Es un modelo de producción y consumo que implica compartir, reutilizar, reparar y reciclar materiales y productos todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende.

¿Cómo está relacionado con el reciclaje?

• Es necesario establecer un reciclaje económico de productos que ya no encajan con las necesidades de los consumidores.
• Es preciso reciclar los materiales, residuos y productos para darles una segunda vida.
• Los residuos que no se pueden reciclar se deben aprovechar para la creación de energía.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 12 de las Naciones Unidas tiene un claro objetivo: garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, ya que el progreso económico y social conseguido durante el último siglo ha estado acompañado de una degradación medioambiental que está poniendo en peligro los mismos sistemas de los que depende nuestro desarrollo futuro (y, con ello, nuestra supervivencia).

La Ley de abril de 2022 es la primera legislación sobre economía circular en España y se establece con el objetivo de reducir al mínimo los efectos negativos de la generación y gestión de los residuos en la salud humana y el medio ambiente.

Adaptando nuestros hábitos de consumo para contribuir al cambio

Hay muchos aspectos del consumo que, con sencillos cambios, pueden tener un gran impacto en el conjunto de la sociedad. Por ejemplo, cada año, alrededor de un tercio de todos los alimentos producidos —el equivalente a 1.300 millones de toneladas, por un valor aproximado de 1 billón de dólares— termina pudriéndose en los cubos de basura de los consumidores y los minoristas, o deteriorándose a causa de las deficientes prácticas de recolección y transporte, algo que las empresas deben solucionar.

Desde las empresas, es preciso comprender mejor los efectos ambientales y sociales de los productos y servicios, tanto de los ciclos de vida de los productos como de la forma en que estos se ven afectados por su utilización en los estilos de vida.

Como consumidor existen dos formas principales de ayudar:

1. Reducir los desechos.
2. Actuar de forma reflexiva a la hora de comprar y optar por una opción sostenible siempre que sea posible.

Reducir los desechos que generamos puede hacerse de muchas maneras: desde asegurarnos de no tirar alimentos, hasta reducir el consumo de plástico, que es uno de los principales contaminantes del océano. Llevar una bolsa reutilizable, negarse a utilizar pajitas de plástico y reciclar las botellas de plástico son también algunas de las formas de contribuir cada día.

Tomar decisiones informadas a la hora de comprar también ayuda. Por ejemplo, la industria textil es hoy el segundo mayor contaminador de agua potable después de la agricultura, y muchas empresas de moda explotan a los trabajadores textiles en los países en desarrollo. Si hacemos nuestras compras a proveedores locales y sostenibles, podemos marcar la diferencia y ejercer presión sobre las empresas para que adopten prácticas sostenibles.

Por otra parte, otro de los puntos fundamentales es reutilizar. Contar con materiales que utilizamos en nuestro día a día y, en vez de tirarlos, darles una nueva vida, contribuye a reducir la generación de nuevos residuos y a alargar la vida útil de los productos.

Así, podemos obtener una maceta con un bote de cristal, una hucha con el envase del café soluble, o un bonito organizador con cajas de cartón decoradas, ¡hay que echarle imaginación!

Por supuesto, reciclar es otra de las partes fundamentales para poder cumplir con una economía circular cada vez más importante para que nuestro planeta siga siendo nuestro hogar durante mucho tiempo.

Cada pequeño gesto, cuenta.