mar. 7, 2025
En este Día Internacional de la Mujer, queremos hablar de un grupo a menudo olvidado en las conversaciones sobre empoderamiento: las mujeres mayores. Dado que las mujeres viven más tiempo que los hombres, y muchas experimentan soledad después de cumplir 65 años, la tecnología se convierte en una herramienta clave y no en simplemente una ventaja. No se trata solo de dispositivos y aplicaciones, sino de mantener la independencia, garantizar la seguridad y mantenerse conectadas en un mundo digital que está en constante evolución.
Las cifras lo dicen todo: las mujeres viven por lo general más tiempo que los hombres, a menudo con una diferencia de varios años. En el Reino Unido, casi el 35% de las mujeres mayores de 65 años viven solas, y en Australia, el 39% de las mujeres que viven solas tienen más de 70 años, en comparación con solo el 19% de los hombres. En toda Europa, desde los países nórdicos hasta España y Francia, se repite el mismo patrón: las mujeres mayores tienen mayor probabilidad de vivir solas y necesitan soluciones que les ayuden a mantener su independencia.
Al mismo tiempo, en todo el mundo, los sistemas sociosanitarios están bajo presión. La tecnología, ahora más que nunca, juega un papel crucial para ayudar a las personas a conservar su independencia por más tiempo. Es en este contexto es donde la tecnología inteligente, la salud digital y la teleasistencia entran en juego.
Los beneficios son claros, aunque muchas mujeres mayores todavía siguen afrontando obstáculos en cuanto al acceso digital. Los obstáculos más comunes incluyen la falta de confianza, la asequibilidad y la accesibilidad. De modo que, ¿cómo podemos reducir la brecha?
Celebrando el Día Internacional de la Mujer, queremos asegurarnos de que las mujeres mayores formen parte de la revolución digital. Países como España, Finlandia, y el Reino Unido ya están integrando los servicios de teleasistencia y salud digital en sus estrategias nacionales, lo que demuestra que, cuando algo se hace bien, la tecnología puede impactar de forma positiva tanto en la salud como en sus costes.
No se trata únicamente de tener dispositivos, sino de garantizar que la longevidad vaya acompañada de calidad de vida, autonomía y conexión. Empoderar a las mujeres mayores a través de la tecnología no es solo algo bonito, sino una necesidad. Debemos trabajar juntos para crear un mundo en el que todas las mujeres, independientemente de su edad, tengan las herramientas y la confianza necesarias para avanzar.