El sensor de movimiento 869 es un dispositivo de monitorización pasivo por infrarrojos que detecta el movimiento o su ausencia. Ligero y fácil de instalar, el detector de pared puede colocarse en cualquier lugar sin necesidad de atornillar. Se puede configurar de una forma rápida.
Es perfecto para personas mayores, enfermas o discapacitadas; y personas con trastornos como demencia, epilepsia o diabetes.
Las mascotas pequeñas no activan el sensor. El sensor de movimiento deberá estar situado en la pared a una distancia de entre 1 m y 1,2 m del suelo.
Puede instalarse y conectarse fácilmente con los terminales Lifeline u otros sistemas de teleasistencia Tunstall. Una vez detectado un movimiento inesperado y/o un período de inactividad, el sensor generará una llamada de alarma a un centro de atención 24 horas, donde se tomarán las medidas más apropiadas.